Hoy vamos a detallar por completo el sistema de alumbrado del vehículo. Este, sirve para comunicarnos con el resto de conductores, y con los peatones, pero también para que podamos ver por dónde circulamos. Es importante conocer qué luces existen, pero también de qué forma se deben usar para circular de forma más segura y también que puedas interpretar los cambios de los demás.
El alumbrado del vehículo tiene dos funciones: una de ellas es que nos vean, mientras que la otra es ver nosotros como conductores del vehículo. Y eso es lo que explica que tengamos tanta variedad de sistemas de iluminación.
Se pueden diferenciar entre seis tipos de luces y se pueden agrupar en dos conjuntos: las de ‘ver’ y las de ‘ser visto’. En este artículo, vamos a profundizar en esta cuestión para ver qué luces tiene existen, qué función tiene cada una de ellas y sus características, y por supuesto cómo se tienen que usar todas y cada una de ellas.
Enciende las luces
En nuestros vehículos disponemos de una serie de luces que sirven para cada ocasión concreta, y que podemos resumir en:
- luces antiniebla
- luces de marcha atrás
- intermitentes
- luces de freno
- luces de posición
- luces bajas
- luces altas
Luces antiniebla
Aumentan la visibilidad en períodos de niebla densa. Hay que distinguir entre delanteros y traseros; el trasero lo incorpora cualquier vehículo, y el delantero no. El delantero es un refuerzo de iluminación cuando la visibilidad disminuye por lluvia intensa, niebla espesa, nubes densas de humo o polvo, o por nevada.
Este tipo de luz es potente, está situada muy abajo y tiene un haz ancho que está pensado para poder seguir las líneas del límite de la ruta. Se puede utilizar por sí sola, o con las largas y las cortas. Pero hay que tener cuidado, porque puede molestar al resto de los conductores. No es obligatoria y no la tienen todos los autos.
Luces de marcha atrás
Esta iluminación se enciende de forma automática al engranar la marcha y sirve para advertir tanto al resto de conductores como a los peatones del sentido de circulación de nuestro vehículo.
Intermitentes
A diferencia de todas las demás, salvo las de freno, que se activan automáticamente y son rojas (como las traseras), son luces de color naranja. Sirven para señalizar cambios de carril y emergencia.
Luz de freno
Como las de marcha atrás, se activan automáticamente cuando pisamos el pedal de freno y sirven para alertar al resto de conductores que se encuentran circulando: los que se dirigen en el mismo sentido que nosotros, de que estamos parados o reduciendo la velocidad.
Luces de posición
Esta es considerada como la iluminación básica; las luces de posición van siempre encendidas cuando se activan las cortas, las largas o las antiniebla y su objetivo es tan sencillo como indicar la situación del vehículo y su tamaño.
Luces bajas
Son obligatorias para circular en las rutas nacionales. Durante el día también se pueden utilizar cuya función es que el vehículo sea visto, pero no iluminan. Éstas las tienen los autos más modernos y se prenden automáticamente al ponerlo en marcha. Estadísticas internacionales demuestran que circular de día con las luces bajas encendidas reduce notablemente la posibilidad de sufrir cualquier siniestro.
Luces altas
Es muy intensa y permite ver a una gran distancia. Son muy útiles en la ruta (siempre que no venga nadie en el sentido contrario) y en situaciones climáticas extremas. En autovías y en autopistas tenés que cambiarlas por las cortas cuando se aproxima otro vehículo de frente, o incluso antes de un adelantamiento porque puede producir encandilamiento a través del espejo retrovisor. También debés utilizarlas en las zonas urbanas para hacerte notar antes de cada bocacalle o para adelantarse a otro vehículo, siempre como destello.
Según la normativa, las utilizaremos cuando a 10 metros no se lea una matrícula o, circulando a más de 40 km/h, tengamos un vehículo oscuro a una distancia de 50 metros.